Llevo leyendo en las últimas semanas muchos artículos acerca de por qué fracasan los blogs, porqué la gente los abandona y porqué la mayoría de ellos tienen menos de 100 visitas al día. El mío es uno de ellos, pero eso no me preocupa. Por que yo si sé porqué inicié mi andadura como blogger, sí sé porqué escribo una vez por semana (si no estoy inspirada, no), porqué escribo sobre temas que me interesan, relacionados con la ética y la didáctica en las nuevas tecnologías, y porqué voy ampliando las temáticas sobre las que escribir, que me gustan y apasionan y creo que tienen que ver conmigo, con lo que soy y con hacia dónde quiero ir. Creo que un blog puede ser todo lo flexible que lo quiera hacer su autora.
Comencé mi blog porque pensaba que era un valor añadido a mi persona a la hora de buscar trabajo. Que si alguien leía mi currículum, pudiese conocer un poco más de mí haciendo un solo click y que éste le llevase a mi blog. De manera que pudiese hacer una valoración global de qué cosas sé hacer y de cómo pienso/actúo. No a gran escala, por supuesto, porque no puedes conocer bien a una persona si no empiezas por entablar una conversación cara a cara, pero sí hacerte una idea global, más detallada que en el currículum y que ésta, pudiese generar posibilidades de encontrar un empleo.
Un año y medio más tarde, sigo buscando empleo y sigo con mi blog. Hay que sembrar para poder recoger y hay que empezar todo en pequeñito. Ahora amplío mi visión y no solo quiero encontrar un empleo con mi blog, sino que el éste me permita tener un punto de conexión con el mundo. Me hace calentarme el coco acerca de lo qué escribir, me hace leer artículos que me encantan o que me pueden aportar cosas, me ha hecho conocer y seguir otros blogs porque me gusta la temática sobre la que hablan sus protagonistas y me ha hecho pensar en si lo que busco es un empleo o lo que realmente quiero es crear mi empleo. Y para ello, como todo se empieza en pequeñito y dándose uno a conocer, el blog me viene de perlas. Es gratuito, es mío, y me permite desarrollarme como yo quiero. Me conecta con otros blogs y me ha hecho aprender mucho sobre el mundo blogger, el cual anda siempre en constante cambio.
Ahora estoy en una etapa de mi vida de búsqueda. Trabajo en la tienda de mi madre, La Blanca, y cada vez me gusta más el contacto con la gente, la interacción que se crea entre clienta-tendera y eso me anima y me hace ver que soy una chica con suerte. Porque aunque no trabaje de lo mío, tengo una ocupación, una media rutina y me siento útil, valorada y en constante crecimiento personal. Yo le quito carga a mi madre y ella me ofrece un empleo. En el fondo, ella me hace un favor a mí.
Este próximo domingo me voy a hacer el Camino de Santiago, yo, conmigo misma. Sí, sola. Tengo billete de ida, pero no de vuelta. Quiero ver la vida desde otra perspectiva y que el camino me ayude a valorar las cosas pequeñas de la vida, me enriquezca por dentro, me llene de fuerza para afrontar esta época que estamos viviendo, no muy buena, para los que hemos tenido la suerte de trazar un camino laboral, estudiar una o varias carreras, interiorizar conocimientos, vivir experiencias, tener claro lo que queremos, validarlo con las práctica, pero que de momento, está en stand by, por la situación en la que se encuentra nuestro país, en líneas generales.
Soy de las que cree que todas las cosas pasan por algo y que, lo que no sale ahora, lo hará más adelante. Con esta filosofía en la que cuesta mantenerse cada día y con el ánimo de todos los de mi alrededor sé que yo y otros tantos y tantas como yo, antes o después, econtraremos la dirección acertada. ¿Quién dijo que fuera fácil?
Ahora ya sabéis un poco más sobre el por qué de este blog.